19/12/2014
Anoche
he salido con un nuevo amigo, que buena persona, soportar a este despechado,
solo hable de ti todo el tiempo, se puso peor cuando hemos llegado a ver la decoración
de luces en el rio, entonces solo trataba de buscarte entre la multitud,
mientras trataba de fingir que estaba poniendo atención a las palabras de mi
amigo, recordé la vez que vinimos, era de las primeras veces que salíamos, esa
noche comencé a sentirme mal y aun así
no quería perderme un solo minuto de que disfrutaras de las luces, la gente, el
ambiente navideño sabía que estando lejos de tu casa, de tu familia, de tus
seres amados al menos podría hacerte sentir feliz ver las luces, y las familias
gozando de la navidad, y todas esas maravillosas cosas que hay en esa época.
No
lograba sacarte de mi cabeza, quise llorar muchas veces, mi corazón se detuvo
al llegar a ese parque, el parque de los pies descalzos, entonces te extrañé
como nunca, mi amigo lo notaba y trataba de subirme el ánimo todo el tiempo, en
verdad se esforzó por lograr que mi atención se desviara de tu recuerdo y solo
sonriera y aterrizara en la realidad, pero ahí estabas tú, sonriendo, tomándote
fotos, consintiéndome la cabeza orgulloso de nosotros como aquella vez que
estuvimos con mi hermano y mi cuñada, lo recuerdas? El día en que poco te
importaba lo que la gente pensara, nuestro profundo amor era todo lo que
necesitabas para vivir.
Luego
camine hacia el edificio inteligente, allí donde fuimos esa noche juntos a
observar el espectáculo del agua, la noche que me dijiste que nunca te ibas a
separar de mí, que yo era el hombre de tu vida, que era tu todo, como se repiten
esas palabras en mi cabeza una y otra vez, con el pasar de los días lo que yo
he considerado parte de un proceso se transforma en un enorme vacío, cada vez más
grande, todo lo que quería anoche era huir de esos lugares que solo traían tu
imagen a mi memoria, y al llegar a casa rogaba al cielo por un mensaje tuyo, y ahí
estaba lo que mi corazón anhelaba, luego todo se torna confuso, dolor, tristeza
y rabia se mezclan con amor y esperanza, no pude resistir responderte, decirte
que no importa donde vaya, ahí estas tú, tú eres mi única felicidad.
Intente
dormir pero fue imposible, di tantas vueltas que casi pude igualar el vaivén del
planeta, y nuevamente estabas tú dejándome saber que al menos piensas en mí,
que aunque tu corazón este cerrado y adolorido hay algo que todavía hace que te
aferres a mi recuerdo y entonces vulnerable como me encontraba no pude soportar
un minuto más sin indagar un poco más, sin buscar en tus palabras algo que lograra
llenar este vacío que me esta asesinando, cuanto di por leer ese –te amo- pero
recordé que está enterrado en lo profundo de tu ser, quise salir corriendo a
buscarte, por un momento te sentí ahí a mi lado, en el vacío de tu espacio en
la que fue nuestra cama, por esos minutos que quise hacer eternos estuviste ahí
a mi lado como antes, y yo acariciando tu cabeza rodeándote con mis brazos y tu
diciéndome que nunca te deje, como te podía dejar si te siento tan parte de mí,
si tu dolor es tan profundamente mi propio dolor.
Hoy
he despertado lleno de confusión, no puedo esperar que me escribas, aunque lo
deseo, y no puedo escribirte porque son tantas las cosas que quisiera decirte
que me ahogaría si intentara decírtelas. Qué nunca supiste el profundo amor que
te sentía? Acaso el dolor te nublo de tal manera que ya no pudiste ver este
amor que ahora me consume? No puedo reprocharte nada, no puedo ni siquiera
exigirte respuestas, no puedo ni siquiera acercarme a ti, tú te has ido de mí, como
te extraño, como extraño al compañero de mi vida, como extraño sentir ese vínculo
único que nos unía, esa sensación de ser uno, como extraño hoy al niño que no dejaba de
escribirme durante el día, a ese que buscaba siempre la manera de hacerme saber
cuánto me pensaba, cuanto me extrañaba, y sus deseos de verme al terminar el día.
No
puedo dejarte de amar, aun teniendo tanto dolor en mi corazón no logro sentir más
que amor por ti, rogar al cielo para que encuentres tu paz, tu alegría, las
ganas de vivir, hoy es un día en que te he querido llorar a ríos, en que mil
veces mis ojos han intentado desbordarse, hoy es uno de esos días en que siento
que no voy a poder continuar, uno de esos días en el que el peso de tu ausencia
cae sobre mi como gruesas gotas de lluvia de una tormenta que nunca debimos
permitir que se desatara.
No hay comentarios:
Publicar un comentario